La niña triste

Acostada en el suelo
La niña respira
Sus labios livianos se dejan agitar por una exhalación
Sus venas forman ríos tintos
Y, en ellos, miles de barquitos de papel flotan con ganas de naufragar
Porque hay tristeza en ellos, en esa sangre llena de hilos de convulsión
Salen río y barcos, acarician el suelo
La niña mira el cielo horizontal
Se deslumbra por las estrellas y estas entran a sus ojos opacos
Le regalan una pizca de felicidad
A ese corazón mohoso
Que muy pronto será estatua de sal

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